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Perderse entre libretas y bolígrafos de colores

Todos tenemos manías o pasiones inconfesables. Una de las mías es perderme entre libretas y bolígrafos de colores, lo confieso, de todas formas era un secreto a voces.

No es que me guste tener agendas, cuadernos y bolígrafos de todos los tamaños y colores, es que puedo pasar literalmente horas decidiendo cuál llevarme a casa. Sí, horas. Hay gente que pasa horas en un museo o viendo un partido de fútbol y yo las paso admirando la belleza de hojas encuadernadas y tintas de arcoiris.

Si has estado en Londres y conoces Paperchase puedes imaginarte que ese edificio es el paraíso en la tierra para mí. Tres plantas de todo lo que el mundo de la papelería puede ofrecer para perderse entre libretas y bolígrafos de colores.

¿Qué cómo puedo pasarme horas allí dentro? Pues muy sencillo, solo en la planta de agendas y libretas puedo estar todo el día. No te creas que decidir quién se va contigo a casa es tarea fácil, ¡hay mil opciones! El tamaño, el tipo de encuadernación, el diseño de la portada, la calidad del papel, de rayas, lisas, de cuadros o de puntitos… ¿no es para volverse loca?

Y al final, como con los libros, acaba siendo una cuestión de «feeling». Si cierro los ojos y soy capaz de verme tirada en el sofá escribiendo en ese cuaderno, es que es para mí. Lo que pasa es que yo me visualizo muy bien con casi todos los cuadernos, hasta con los que tienen una cabeza de unicornio llena de pelito rosa.

No importa la manía inconfesable que tengas, lo importante es que te haga feliz.

Pero el dilema no acaba ahí, después le toca el turno a la tinta. Siempre me distraigo con la majestuosidad de las plumas, pero les tengo tanto respeto que pienso que tengo que cumplir más años para empezar a escribir con pluma, así que me dirijo a la sección de bolígrafos organizados por colores, tan bonitos, que me distraigo pensando que necesito un estuche nuevo. Empiezo a probarlos todos y casi siempre, acabo comprando un Pilot y otro más extravagante, como el boli rosa con un panda colgando de la punta.

Y después del pasar de las horas, siempre salgo con una bolsa en la mano y una sonrisa en los labios. Así que no importa la manía inconfesable que tengas, lo importante es que te haga feliz.

 

 

 

Un comentario

  1. Momo Momo

    Cuando les pierdas el respeto puedes elegir entre mi Tiku la primera que tuve, la Mont Blanc o la Parker 51 del yayo🤔

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