El apericuento Las torritostadas está basado en un plato hecho por mí. En esta ocasión, y que no sirva de precedente, no voy a utilizar platos de chefs y restaurantes famosos, sino un plato tan mítico como las torrijas, renombrado por una servidora.
Si estás leyéndome y no sabes lo que son las torrijas, puede que seas de otro país (o de otro planeta). Así que para darte un contexto, las torrijas son un plato hecho de una rebanada de pan que se empapa en leche, almíbar o vino y, tras ser rebozada en huevo, se fríe en una sartén con aceite. Se endulza con miel, melaza o azúcar y es aromatizada con canela.
Y ahora sí, este es el apericuento Las torritostadas (todo parecido con la realidad es pura coincidencia)
«Ríete de los libros de autoayuda y de las clases de meditación, si quieres poner a prueba tu paciencia métete en la cocina y sigue mis instrucciones para hacer torritostadas, porque las recetas siempre las escriben la gente que sí sabe cocinar.
Pon primero todos los ingredientes en la mesa, que luego te vuelves loca buscando esa ramita de canela o te das cuenta de que te falta alguno (o varios)
El pan aquí es súper importante. Tiene que estar duro de varios días (pero no te pases y que no esté como una piedra) y no vale el pan de molde. Si vives en un país que no saben lo que es el pan de verdad, quizás esta receta no sea la mejor.
Ahora toca calentar la leche, pero luego toca dejarla enfriar… ¿Y no sería mejor echarla ya del tiempo? Empezamos pronto a poner en práctica la paciencia. Cuidado si piensas que con el dedo mides la temperatura, puedes quemarte…
Cuando la leche ya está fría empapas el pan, que previamente has cortado en rebanadas gorditas, la exactitud de los centímetros de grosor es para nada, tú a ojo. La receta decía que una hora empapando el pan en la leche, pero el mío la absorbió toda en menos de 5 minutos… Así que hasta que ya no haya leche que absorber supongo yo que sería más exacto. Y si se te quedan muy blanduchas mal, porque te lo digo desde ya, se te van a romper…
Y ahora recuerda este orden, primero reboza el pan en el huevo y después las fríes (y no al revés) Solo por si se te olvida, que puede pasar…
Cuidado máximo con el aceite, que salta. POR ESO YO NUNCA HAGO HUEVOS FRITOS.
Y si después de todo esto, las sacas y te parecen más unas tostadas que unas torrijas, no pasa nada las rebautizamos como torritostadas y listo.
¡Buen provecho!