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La mujer de las mil dietas sin terminar

Agosto es el mes del verano por antonomasia. El mes de la playa, los helados y las vacaciones de los funcionarios. Nunca me ha gustado agosto por eso de las aglomeraciones veraniegas y porque para hacer dieta es horrible, tú hazme caso a mí que soy la mujer de las mil dietas sin terminar.

Kilitos de más

Si me ves en persona seguro que me dirías, «pero mujer si tú no estás gorda». Que sí, que ya lo sé, pero estoy eternamente en esos 3 kilos de más que quiero perder y que nunca lo consigo por inconstante.

Lo del deporte merece un capítulo aparte, solo te diré que me fuí del colegio sin saltar el potro y para mí aún no han inventado uno que me guste tanto para practicarlo con alegría en lugar de como si fuera una penitencia. Y eso no ayuda nada, ya lo sé, más bien todo lo contrario.

El maravilloso mundo de la comida sana

Y no todo es culpa del deporte o mi falta de constancia, no te vayas a creer. Que para una vez que una quiere informarse y hacer las cosas bien, el mundo de la red no te lo pone fácil.

Primero tienes que saber muy bien cuál es tu objetivo. No sólo es perder peso, puede ser quemar grasa, ganar masa muscular o controlar problemas de salud que afectan a tu peso.

Luego si no puedes o quieres contratar a un profesional, prepárate para horas de investigación en Internet para acabar aún más loca de lo que ya estabas. Algo que saqué en claro rápido: las dietas milagro no existen.

Asumiendo esto ya tienes ganado mucho, no te vayas a creer. Pero ahora empieza la duda, ¿y qué puñetera dieta hago?

A partir de aquí, se te abre un mundo lleno de gurús de la comida sana que con justificaciones, que puedes creerte o no, tratan de convencerte que su dieta es la mejor. Si no sabes nada de nutrición esto es una cuestión de fe, porque si piensas que el sentido común puede salvarte, prepárate para los falsos mitos que vas a descubrir en esta travesía culinaria.

Fruta sí o fruta no. ¿Qué pasa con el azúcar?. El apasionante mundo de los ultraprocesados. El cáncer y la alimentación. Los veganos… ¿El vino engorda? Y podemos estar así todo el tiempo del mundo mundial.

A toda esta indecisión, añádele el pequeño detalle que no me gusta la cocina. Bueno cocinar, porque comer me gusta y mucho, eso del paladar exquisito lo habré sacado de mi padre. Así que una vez eliges la dieta, ahora ponte a buscar recetas y menús semanales que no lleven más de 30 minutos de preparación y sea muy muy fácil (yo aún no hago los huevos fritos en mi casa)

Me he sentido tentada varias veces con eso de cocinar un día para toda la semana, pero mis circunstancias actuales no me dan para guardar la comida de 5 días en mi mini nevera y además, ¿de verdad se ahorra tanto tiempo? ¿en serio quiero estar todo el domingo en la cocina? Pues va a ser que no.

Tanto pensar en dietas que me ha entrado un hambre enorme. Para muchos nutricionistas este hambre es emocional y no real, pero yo voy a bajar a comprarme un helado por si las moscas.

 

Un comentario

  1. Antonio Alonso Antonio Alonso

    De tu padre también te viene lo del deporte.

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