La magia de los libros hace que un libro sea todo lo que tu quieras que sea. No te dejes seducir por las pantallas digitales, esas que te atrapan como cantos de sirena. Ellas no tiene piel, ni olor, ni el eterno sonido de las páginas avanzando entre tus dedos.
¿Quién dice que el físico no importa? Un libro antes de embrujarte para siempre despliega ante ti todo un arsenal de anzuelos. El color de su portada, la originalidad de su título, el tacto de sus hojas, el olor de su tinta. Todos quieren irse a casa contigo, pero tú no eres fácil de convencer y admítelo siempre te ha gustado hacerte de rogar.
Te detienes ante tu pasillo favorito, ese que está un poco escondido, cierras los ojos y escoges un libro al azar. Pura magia ocurre entonces.
De nuevo, las pantallas digitales no dejan oir los susurros de los libros: pero cuando caminas por los pasillos de tu librería favorita, escuchas fragmentos de historias que quieren convencerte de que su cuento es el mejor de todos. A veces te detienes para coger alguno de su estante y comprobar que sus discursos son tan buenos como aseguran. Dudas mucho. Siempre has sido muy indecisa a la hora de elegir un nuevo libro, porque te encantaría llevártelos a todos a casa, como los cachorritos de las perreras con esa mirada tan triste que te parten el alma.
A veces te decides por la recomendación de esa amiga que ama los libros tanto como tú, otras te dejas asesorar por el librero en vez de las estrellas que marcan el valor de un libro en Internet. Y las mejores veces es cuando te detienes ante tu pasillo favorito, ese que está un poco escondido, cierras los ojos y escoges un libro al azar. Pura magia ocurre entonces.
Es ese momento cuando el libro se convierte en tu compañero por días enteros. Tu vía de escape ante el mundo que te rodea. Tu amor escondido. Tus miedos inconfesables. Tus lágrimas a solas. Tu despertar ante una nueva oportunidad. Tu maestro de vida. Tu confesor. Tu todo.
Por eso estoy convencida de que la magia de los libros no les dejará morir entre luces digitales y bibliotecas cerradas llenas de polvo.
Totalmente de acuerdo, solo observar que también hay veces que detrás de extraordinarias portadas, títulos sugerentes e inclusive escritores afamados hay auténticos pestiños infumables y podría deciros algunos.
Muy cierto. Esto es porque las editoriales prefieren apostar por el nombre del autor sin importarles mucho lo que escriban. Una pena, la verdad.