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El origen del cuento: Había una vez…

Después de dejar claro las diferencias entre el cuento y el relato, hoy vamos a descubrir cuál es el origen del cuento. Había una vez…

Breve origen del cuento. Resumiendo mucho…

Empecemos por el principio. ¿Qué es un cuento?

El cuento es una narración corta y sencilla acerca de un suceso real o imaginario que, de forma amena y artística, se puede manifestar escrita u oralmente. Y ¡ojo con esto! que es importante: el cuento empieza con el boca a boca, que ya desde tiempos inmemoriales a nuestros antepasados les gustaba mucho esto de darle al palique.

Los primeros cuentos eran de origen folclórico, se transmitían oralmente y tenían infinidades de elementos mágicos.

Los cuentos más antiguos surgieron en Egipto alrededor del año 2000 a.C. También cabe destacar las fábulas del griego Esopo (de carácter moralizante) y los escritos de los romanos Lucio Apuleyo y Ovidio, cuyos temas consistían en temas griegos y orientales con elementos fantásticos y mágicos.

En el mundo helénico tuvo importante difusión los cuentos llamados milesios, obscenos y festivos por naturaleza. Otras fuentes para el cuento han sido el Panchatantra (relatos indios del siglo IV d.C.) y la principal colección de cuentos orientales Las mil y una noches en la que Scheherazade se salva de la muerte a manos de su esposo, contándole cada noche apasionantes cuentos de diversos orígenes y culturas.

De hecho, hay que agradecerle mucho a Scherezade, ya que gracias a esta obra el cuento se desarrolló posteriormente en Europa. En la Europa medieval se escribieron numerosos relatos. En Francia, destacaron los  romances de caballeros. Asimismo, Geoffrey Chaucer y Giovanni Boccaccio llevaron a sus culturas lo mejor de la tradición medieval y antigua.

A partir de ese entonces el cuento se volvió famoso y se difundió por todo el resto de las culturas pos-medievales.

La tradición oral y los cuentos populares

Desde siempre somos unos parlanchines a los que nos gustan que nos presten atención, por eso, las culturas de todos los tiempos tuvieron deseos de contar sus vidas y experiencias, así como los adultos tuvieron la necesidad de transmitir su sabiduría a los más jóvenes para conservar sus tradiciones y su idioma, y para enseñarles a respetar las normas ético-morales establecidas por su cultura ancestral, puesto que los valores del bien y del mal estaban encarnados por los personajes que emergían de la propia fantasía popular. Vamos que nos faltaba ni una mijita de imaginación.

Es decir, en una época primitiva en que los hombres se transmitían sus observaciones, impresiones o recuerdos, por vía oral, de generación en generación, los personajes de los cuentos eran los portadores del pensamiento y el sentimiento colectivo.

Eso fue así hasta que el hombre fue descubriendo las leyes físicas de la naturaleza y la sociedad y se fue dando cuenta de que el contenido de los cuentos de la tradición oral, más que narrar los acontecimientos reales de una época y un contexto determinados, son productos de la imaginación del hombre primitivo.

Los cuentos que corresponden a la tradición oral, además de haber sufrido modificaciones con el transcurso del tiempo, no tienen forma definitiva ni única, sino fluctuante y variada: a la versión creado por el primer narrador, generalmente anónimo, se agregan los aciertos y torpezas de otros narradores que, a su vez, son también anónimos. Las modificaciones tampoco han sido iguales en todos los tiempos y lugares, de manera que existen decenas y acaso centenas de versiones de un mismo cuento. Y he aquí, el origen del juego del teléfono.

Además la palabra cuento proviene de esta evolución: «etimológicamente, la palabra cuento, procede del término latino computare, que significa contar, calcular; esto implica que originalmente se relacionaba con el cómputo de cifras, es decir que se refería, uno por uno o por grupos, a los objetos homogéneos para saber cuántas unidades había en el conjunto. Luego, por extensión pasó a referir o contar el mayor o menor número de circunstancias, es decir lo que ha sucedido o lo que pudo haber sucedido, y, en este último caso, dio lugar a la fabulación imaginaria» (Cáceres, A., 1993, p. 4).

Ningún género literario ha tenido tanto significado como los cuentos populares en la historia de la literatura universal. En el mundo del cuento todo es posible, pues tanto el transmisor como el receptor saben que el cuento es una ficción que toma como base la realidad, pero que en ningún caso es una verdad a secas.

El relato oral fue durante siglos el único vehículo de transmisión del cuento, no sólo para deleite de los mayores, sino también para la distracción de los niños, debido a que el cuento contiene elementos fantásticos, que cumplen la función de entretener a los oyentes y enseñarles a diferenciar lo que es bueno y lo que es malo.

El origen del cuento se remonta a tiempos tan lejanos que resulta difícil indicar con precisión una fecha aproximada de cuándo alguien creó el primer cuento. Se sabe, sin embargo, que los más antiguos e importantes creadores de cuentos que hoy se conocen han sido los pueblos orientales. Desde allí se extendieron a todo el mundo, narrados de país en país y de boca en boca.

Érase una vez esta conclusión

La primera conclusión que podemos sacar entonces, es que el origen de los cuentos tendría mucho que ver con los antiguos mitos.  Estas leyendas, con el tiempo, acabarían perdiendo su simbolismo para solo formar relatos e historias que conseguían el simple divertimento popular.

Vistos todos estos casos, cabría pensar, y podríamos deducir, que hay una gran cantidad de relatos muy conocidos que beben de la literatura egipcia. Sin embargo, no existen realmente pruebas firmes que indiquen que éstos sean el origen de los cuentos.

Lo que sí podemos concluir, en cambio, es que el ser humano, a lo largo de los tiempos, ha utilizado una serie de conceptos para crear sus relatos.  Unos conceptos que, quizás por aquello de la mente colectiva, en muchas ocasiones coinciden, tanto en distintos lugares, como en culturas y épocas diferentes.

¿Qué es el cuento literario? El origen de los cuentos egipcios.

Y ahora veamos el origen del cuento literario. Se trata de una narración breve y sencilla, basada en eventos imaginarios, que se edifica y difunde a través de la escritura. Tiene por fin entretener al receptor lírico y, al mismo tiempo, llevar un mensaje de carácter moral y ético que pueda generar un cambio, un aprendizaje. Vamos, lo mismo que su hermano del boca a boca, pero poniéndolo por escrito.

La sencillez de sus formas y lo directo y rápido de su mensaje le hacen uno de los géneros literarios más abordados.

Este hecho le dio quietud e inalterabilidad en su estructura. Por medio de la escritura, se precisa un tiempo, un lugar y una época que circunscriben los sucesos que le acontecen.

Este cambio propiciado por la escritura en los convencionalismos del cuento abrió las puertas a cientos de creadores. Estos emisores líricos —inspirados en anteriores fórmulas populares de narrativa y temáticas, o con la necesidad de innovar con nuevas tramas— vieron en la simplicidad de este género el medio perfecto para transmitir sus ideas.

Ahora bien, con relación a los primeros cuentos literarios registrados luego de la invención de la escritura, hay unos documentos encontrados que refieren que las obras iniciales en letras con las características propias del género del cuento datan del 1650 a. C. y son egipcias.

Hacia el año 182 en el antiguo Egipto, Henry Westcard —un trotamundos británico— consiguió un papiro con escrituras hieráticas. Luego de ser estudiado y traducido, este documento arrojó contener un total de cinco historias mágicas referentes a la cultura del antiguo Egipto.

El antiguo pergamino fue llamado papiro de Westcard, en honor a su descubridor. Según lo que se pudo apreciar en la decodificación, los cuentos son narrados en la corte del faraón Keops por sus propios hijos: Baefra, Kefren, Dyedefra y Hardedef.

Y colorín, colorado…

Y hasta aquí este relato sobre el origen del cuento: desde los primeros oradores con mucha imaginación hasta los egipcios que se animaron a ponerlo por escrito.

Y para ti, ¿cuál es tu cuento favorito? ¿Sigues leyéndolos? Deja tu respuesta en comentarios 🙂

 

 

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